El fin del armario de llaves
La planificación de rutas con geoCapture hace que el armario digital de llaves sea realmente eficiente
160 llaves para pedidos de clientes, 150 llaves para vehículos: ¿Cómo organizarlas para que cada empleado disponga inmediatamente de la llave adecuada para el trabajo que tiene entre manos? ¿Quizás con un armario de llaves XXL y personas dedicadas únicamente a clasificar y archivar llaves? Se puede hacer así. Pero es laborioso, propenso a errores y, a veces, un reto para los nervios. O, como Quathamer, puedes seguir el camino de la digitalización. Y hacerlo de forma coherente, sustituyendo el llavero tradicional por un armario digital para llaves y dando un paso más allá: integrando una interfaz a medida entre la planificación de rutas de geoCapture y el armario de llaves digital. “Es una solución excelente. Eficiente, fácil de usar y flexible”, afirma John-Paul Müller sobre las ventajas de esta combinación.
¿Tengo las llaves adecuadas?
John-Paul Müller es gestor de proyectos en la empresa de jardinería y paisajismo Quathamer de Bad Zwischenahn. Entre otras cosas, es responsable de la digitalización y uno de los jefes de operaciones de los servicios de invierno, que es una de las áreas de negocio de Quathamer GmbH. Allí, la gestión de llaves es especialmente importante, ya que para determinados encargos se necesita acceder al recinto correspondiente durante la noche.
Antes funcionaba así: los equipos venían a la oficina por la noche y recogían carpetas con la documentación de la ruta correspondiente. Dentro: la descripción de la ruta en papel, la dirección de los distintos lugares y las llaves necesarias, en caso de que los empleados tuvieran que acceder a una zona cerrada, como un recinto hospitalario, un local comercial o una zona industrial. Todo se preparaba a mano. "Estábamos contentos cuando todos habían salido de la base y tenían las llaves correctas", recuerda Müller. ¿Y si no era así? "Bueno, entonces alguien tenía que salir y, por así decirlo, hacer de cerrajero para los compañeros y llevarles la llave correcta".
Una vez que el servicio de invierno había terminado su trabajo y los vehículos regresaban al garaje, el equipo de la oficina se encargaba de volver a clasificar las llaves en el llavero XXL: lo que suponía hacer horas extras. Después de una de esas típicas noches de servicio de invierno, John-Paul Müller –antes de caer rendido en la cama– tomó una decisión: “Esto tiene que poder hacerse de forma más sencilla…”